No todo es color de rosa, no hay que olvidar que entre los sueños también caben las pesadillas, que es tan humano, mágico y sensible lo bueno como lo malo, hacer reír o llorar, sanar o hacer daño y no es cuestión de estar en pro o en contra de una opción de vida, es vivir la propia opción y respetar las demás, por eso, todavía juro: ¡los ángeles existen!, así como también existen aquellos seres mágicos que despiertan en mí los sentimientos más confusos que pueda imaginar... y todo ello no es malo, pues ayudan a mi “biblioteca” de sensaciones... esos seres no se dan cuenta del potencial que tienen para ser felices y hacer felices a quienes están a su alrededor; está bien, se tienen limitaciones pero el objetivo es hacer énfasis en ellas, pues lo que más nos duele es lo que más no enseña y no hay mayor alegría que lo conseguido con lágrimas y trabajo duro, así como saber que se ha superado un límite puesto por uno mismo...
Con las experiencias “malas” la vida no termina, “nadie se muere en la víspera” es un dicho de los abuelos que enseña que fallar en la relación con un ángel no significa nada, pues ya habrán otros, o ya encontraré alguna hechicera que con sus ojos, su boca, su sonrisa, sus hoyuelos en las mejillas y hasta con sus peleas con el cabello (tal vez no sea exactamente así) me haga experimentar nuevas sensaciones y me aporte otra mirada a este mundo, que como es el único que tenemos, hay que mirarlo desde diferentes puntos par no acostumbrarnos a él y perder la emoción que nos proporciona cada nuevo día.
Ahora que parafraseando, puedo citar a alguien que dijo: “mi reino no es de este mundo” y/o como dice una canción “... habrá que ir juntando pedacitos, armando despacito un sueño pa’ soñar. La primavera será para cualquiera y pobre del que quiera robarnos la ilusión”.