domingo, septiembre 17, 2006

A LA CARTA

Voy a comerme cada una de mis penas,
agregaré las lagrimas derramadas,
mi corazón partido en trozos
y la sangre que brota de mis venas,
haré una salsa con mi alma destrozada,
sazonándola con todos mis sollozos,
herviré mi cuerpo a fuego lento,
para hallar sabor a redención,
devoraré mis ansias y deseos
para matar de una vez el sentimiento
que hoy me causa esta aflicción,
decoraré este manjar con agonías,
con el dulce sabor de los quebrantos
de los momentos que fueron alegrías
y poco a poco se han convertido en llantos,
de postre serviré mis pensamientos,
con el agridulce sabor de la pasión,
aquella que acaba a veces el amor,
sin dar paso a arrepentimientos,
con locura y vehemencia,
tragaré de un sorbo mi dolor
y así pondré fin a mi existencia.

SUSPIROS

Si sólo por un instante pudiera disfrutar de vos, de tu cuerpo,
si pudiera dedicar sólo una noche a complacerte,
si pudiera tan sólo darte eso que te ilumina el rostro,
...pondría mi vida entera para conseguirlo,
así se justificaría el hecho que mi existencia fuera tan efímera como un suspiro de amor.

SUEÑO SUICIDA

Sueño con mis pensamientos saliendo de las heridas en mis muñecas
tengo miedo...
miedo de mi...
de mi vida...
de la vida...
del vacío existencial...
de las dudas infundadas...
del mundo exterior...
de caer en la necesidad de todos por pertenecer a algo, a alguien, a ellos...
puedo verme envuelto en mi propia sangre, con mis vísceras expuestas,
con mi cabeza destrozada contra la pared...
en un rincón y sonriente, está mi alma,
observando como por fin pudo escapar de su cárcel,
mientras mi cuerpo,
cae
y se duerme.

CLASIFICADO

Busco con quien compartir los sueños construidos para no dejarlos tirados.
Busco compañía para un plan de vida con un futuro sin reglas escritas.
Busco alguien que no se quiera ajustar a ninguna medida ni de tiempo ni de espacio.
Busco quién me ayude a disfrutar lo más simple de la vida.
Busco una persona que repare momentos y experiencias rotas.
Busco un ser que recoja mis lágrimas y se apoye en mi cuando sienta desfallecer.
Busco a quién me necesite a mi, tanto como yo a ella...
Busco entregar este amor que creció con el pasar de los días y a pesar de las circunstancias no muere...

domingo, septiembre 03, 2006

QUERENDONA, TRASNOCHADORA...

Le pregunto a la Luna si es justo el dolor que la omisión de mi alma y el desatino de mi corazón le causaron... y ella sólo responde con su dulce mirada, esa tenue sonrisa que libera en medio de la profunda tristeza y una lágrima de perla que rueda sobre la piel morena de la noche...

VOS

Vos sos la mujer de mis sueños, de mis más oscuros deseos, de mis noches en vela y mis pesadillas, en vos encuentro el consuelo a mis pesares, a mis penas, por eso, porque me digás “te quiero” o simplemente por devolverte la sonrisa, soy capaz de caerte del cielo o subir desde el mismísimo infierno...

BESOS

Con cada beso se entrega un pedazo de alma... perdiendo un corto instante de vida... claro que yo me siento inmortal al recordar todos esos besos que humeantes quemaron mis labios y por una u otra razón no llegaron a su destino...

A TI

En medio de la melancolía y el hastío, sólo se me ocurre que mi vida es justificada por el deseo de verte correr sonriente hacia mi en los días grises de la rutina...

CONFESIÓN

Heme aquí, pues señora,
postrado ante vos,
rogando por aquello
que un día fuera mío,
ofreciéndoos mi corazón y mi alma,
únicas prendas de mi ser,
como garantes de esta alianza.
Por testigos os pongo
a la luna, las estrellas
y todos los astros que,
con su mágica luz,
han marcado
el camino recorrido
en medio de la oscuridad de mi existencia
para hallaros.
Mi noche eterna,
ilumínese con vuestra sonrisa;
traiga paz a mis ideas,
el susurro de su voz
y apague el fuego voraz de mi dolor
el tibio roce de sus labios.
A vos, mi señora, doy mi sangre,
mi sudor y mis lágrimas,
a vos, mi amor, mi razón
y mi muerte.


R/

Benditas las cadenas que me atan a ti. Simples y puros lazos, hierro y metal, fundiéndose con mi piel y recordándome lo lejos y cerca que estás.

En esta vida, ponemos cadenas a todo lo que queremos conservar, y nos dejamos poner de aquellos a quienes queremos pertenecer. Son tan etéreos esos símbolos de unión, que pueden estar totalmente visibles, y sólo un mínimo número de personas darse cuenta.

Ponme tus cadenas, y demuéstrame que estamos hechos el uno para el otro. Prométeme que nada ni nadie podrán jamás separarnos.

Sólo me queda preguntarte una cosa: ¿Quieres encadenarte conmigo?