Le pregunto a la Luna si es justo el dolor que la omisión de mi alma y el desatino de mi corazón le causaron... y ella sólo responde con su dulce mirada, esa tenue sonrisa que libera en medio de la profunda tristeza y una lágrima de perla que rueda sobre la piel morena de la noche...
domingo, septiembre 03, 2006
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